Una Arjonera en Mallorca

Cala Comtessa está situada de Illetas, zona Calviá, más popularmente conocida como “la cala militar de Illetas” ya que este recinto pertenece a militares. Es una de las calas recomendadas por su cercanía a Palma, por sus aguas turquesas y a pesar de ser una cala muy concurrida en verano siempre es un lugar ideal para escaparse a darse un baño.

La belleza de esta cala se aprecia muchísimo más en temporada baja, os invito a un paseo que nos llevará de esta cala a Cala Oli, pasando por otras calas y zonas a tener en cuenta para tomar el sol y bañarse cuando no hay hueco en la arena donde ponerse.

La dificultad en Cala Comtessa es aparcar, es zona azul tanto delante como por las calles cercanas, así que a veces toca dejar el coche algo más lejos y caminar. Autobuses urbanos llegan hasta esta cala ( Línea 3) con lo que la afluencia de bañistas y familias siempre es abundante. Pero en temporada baja en días de sol es un lugar ideal para pasear y apreciar rincones que antes quizás no habías apreciado, eso me pasó a mí esta mañana soleada del último sábado de invierno.

Tan sólo cambiando la dirección de mis pasos me di cuenta que al lado de Cala Comtessa se encuentra Cala Xinxell, una pequeña cala de pequeñas piedras que hasta ahora no había visitado, otro rincón donde bañarse y tomar el sol.

Seguimos costeando y paseando, subimos las escaleras y contemplamos los azules del agua, los barcos fondeados que siempre frecuentan esta zona en la pequeña islita de delante y sin darme cuenta descubro pequeñas zonas de baño entre rocas y diversas formas que cuanto menos llaman mi atención.

Pasamos por un camino entre las rocas que pertenece a las propiedades privadas de atrás, pero la costa es de todos y podemos pasar, viendo accesos directos al agua a través de escaleras, que privilegio.

Y seguimos costeando hasta llegar a un punto en que no podemos pasar más desde la costa, desde aquí se ve Cala Oli, una pequeña cala de piedras se ve abajo y que investigando con mi aplicación de Disfruta la Playa veo que hay que acceder desde unas escaleras que se observan desde aquí, pero a las que no se llegar desde donde estoy, quizá debería adentrarme hacia dentro o salir buscando la calle, quizá en otra ocasión.

Lo que está claro es que la costa mallorquina no deja de sorprenderme, la de calas y rincones con encanto que tiene, algunos inaccesibles a pie, por eso quien tiene un barco en esta isla tiene un tesoro.

 

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