Portocolom y Cala Marçal

Portocolom es uno de los mayores puertos naturales de Mallorca, a tan sólo 11km de la villa a la que pertenece, Felanix, y a 60 km de Palma, es uno de los lugares que no podéis dejar de visitar en la isla. Su encanto reside en que aún se conserva  intacta su estampa de puerto de pescadores, su artesanía y su propia gastronomía son otros de su reclamo, sin olvidar su impresionante Faro del que os hablé en un post con esa inolvidable visita guiada, que se alza a 42 metros a nivel del mar desde 1860.

 

Pasear por ese precioso puerto te transporta a otra época, su olor característico a mar, el encanto de sus gentes que cuidan y conservan el lugar, sus barcos y típicos Llaüt mallorquines, y esas casitas de pescadores, como antaño, hacen que sea de lo más acogedor, ideal para pasear y dejarte envolver por el y de paso disfrutar de los restaurantes de la zona, que ofrecen lo mejor a sus clientes.

Desde el puerto podréis ver a lo lejos el Faro de Portocolom, que como yo había visitado ya no me acerqué, aunque me dieron ganas, nunca me canso de ver Faros y menos tan bonitos como éste, si os acercáis hasta aquí os animo a visitarlo, porque es muy bonito y las vistas espectaculares.

Mi intención cuando preparé la excursión de hoy, era conocer Cala Brafi, la elegí precisamente porque me apetecía pasear por Portocolom, que no lo visitaba desde que vine a ver el Faro, y mis indicaciones me llevaban por aquí. Llegué hasta el lugar donde había que estacionar el vehículo, según las indicaciones para descubrir esta cala, y así, Iphone con el mapa en mano, me lancé a la aventura. Empecé por ver un precioso acantilado donde se veía el Faro y unas increíbles vistas.

Para llegar hasta aquí, debéis seguir las indicaciones como para ir a Cala Marçal, y pasando esta cala seguir recto, hacia una calle de urbanizaciones, llegando por esta misma calle, llegáis a una calle cortada y aquí se ven estas vistas. Es muy bonito, la verdad, y para Cala Brafi, ponía aparcar aquí y después seguir a pie, por un camino entre bosque cerrado y bajar por varios desniveles de acantilado, por eso no es aconsejable ir con niños por aquí.

Seguí con el mapa a ver donde me llevaba, y caminé costeando, y familia, la primera vez que me pasa, no lograba ver el camino por donde llegar hasta Cala Brafi, y la ví, a lo lejos, pero andaba perdida, no lo veía claro, y como iba sola, para variar, y no debidamente adecuada de mochila y buen calzado, preferí dar la vuelta, pero os puedo enseñar hasta donde llegué que se la cala de fondo.

Esta cala es una pasada, hace como un pico metido, donde el mar entra y el color del agua es impresionante, pues hasta aquí llegué, es la primera vez que me pasa de no llegar hasta la misma playa, pero bueno, hoy no iba debidamente preparada para saltar por estos lugares, por eso siempre aconsejo que cuando vayáis a una cala o a una excursión miréis bien las características de la misma, para ir adecuados con buen calzado, mochila, así como agua y comida, y la verdad hoy iba más dominguera 😉

Prometo informarme bien con mi querida Disfruta la Playa, que seguro que me lié con el camino del bosque, era muy cerrado y podría ser, la verdad. Desde luego hasta este punto de la foto no veía como seguir. Para que veáis que Mallorca tiene calas que son maravillosas pero difíciles de acceder, menuda envidia me daban esos del barquito que había por allí, éstos llegan a todas partes.

Así que volví al coche, y tras dar por finalizada la “operación Cala Brafi” me fui directa a Cala Marçal, que estaba al lado y esta cala si está señalizada, hay carteles que la indican desde la entrada a Portocolom. Es una cala tranquila, frecuentada por la gente de la zona y los turistas alojados en los hoteles cercanos, es grande, con puesto de socorristas, duchas, chiringuito y sombrillas, y sobre todo, de agua cristalina, cuyas vistas la hacen todavía mas atrayente. Desde la urbanización anterior, donde había aparcado antes, hice una foto de Cala Marçal desde arriba, y se veía preciosa.

Cuando llegué a la cala eran sobre las 12, y después de el calor que pasé en la aventura anterior, el baño con el agua fresquita me sentó divino, había mas gente a esta hora, pero poco a poco llegando la hora de comer, la gente se fue marchando y se estaba muy tranquilo. A esta cala si que pueden ir los niños y disfrutar de la playa, porque además está super limpia.

Puedo concluir que aunque iba con una idea, el plan alternativo fue mejor, me gustó mucho pasear por Portocolom y estar el domingo en esta cala, que recomiendo visitar, así como el Puerto de Portocolom, para mi el premio fue disfrutar de un rico café con bola de helado de vainilla, que es otra de mis grandes aficiones, el tomar un café y más con estas vistas de hoy. Y además paseando por aquí vi uno de mis coches tradicionales preferidos: los meharis, ¡me encantan! ¡ Domingo perfecto! ¡ viva la improvisación!

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